jueves, 10 de marzo de 2011

Foro politico en la Dorada Caldas con la participación de la Corriente Democrática

En el Municipio de LA DORADA, Caldas, el viernes 4 de marzo se desarrolló un foro que se propuso conocer LAS FORMAS DE HACER POLÍTICA y si ellas han sido BENEFICAS O SI HAN FRACASADO FRENTE A LAS REGIONES.
Por la CORRIENTE DEMOCRÁTICA de Caldas participó JULIÁN MEJÍA BOTERO y su ponencia la tituló como titulamos esta nota.
Foristas
En la foto Julián Mejía (Corriente Democrática);Fernando Betancourth (Partido Verde); El Representante a la Cámara Penagos Partido de la U; Director Ejecutivo de la Corporación Actitud Positiva -de La Dorada, organizadores-; -no había llegado- Adriana Franco, Partido Liberal; y (del PDA)
Este es el texto de la ponencia.
Se agradecen los comnetarios y las opiniones sobre lo expuesto. Favor hacerlas llegar a nuestro correo ccdcaldas@gmail.com
LA PONENCIA:
Tenemos historia
pero preferimos construirla con ustedes
Se me ha pedido que, desde la CORRIENTE DEMOCRÁTICA, aporte nuestra visión sobre la forma como hacemos la política en Colombia, y que hable de nuestra historia y de nuestra perspectiva.
Esta disertación, que he titulado “tenemos historia pero preferimos construirla con ustedes” me propongo desarrollarla desde tres momentos: la rebeldía, la construcción de espacios democráticos y la propuesta de consensos en el Magdalena caldense, en Caldas y en Colombia.
La rebeldía
Para quienes no lo recuerdan, en los años 70 vivíamos un proceso de adoctrinamiento en el cual, por conveniencia o por educación, todos debíamos acatar lo ordenado por el establecimiento, que había encontrado en el frente nacional la mejor estrategia para adueñarse del poder.
La rotación en la presidencia, y la exclusión de los demás partidos políticos, justificada en la necesidad de evitar ‘la violencia’, hizo que muchos colombianos llegáramos a la política con una idea equivocada del poder y de lo público.
Esa confusión se explica con observaciones como esta: en escudo nacional, en la cinta ondeante se lee: libertad y orden. pero en Colombia los “señores del poder” invirtieron esa relación, subordinando la libertad al cumplimiento de lo ordenado.
Un ejemplo de ello es la votación presidencial del 70, en la cual un candidato “no oficial” ganó las elecciones y los resultados del gobierno dieron ganador al candidato “oficial”, argumentando que debía primar el orden sobre la libertad.
Por supuesto ese no es el origen del descontento nacional, pero marcó un momento en la historia, porque la reivindicación del triunfo de la ANAPO en esas elecciones se convirtió en la excusa para el surgimiento de grupos guerrilleros.
Pero también significó que muchos de nosotros, demócratas por convicción, persistiéramos en reclamar el derecho a la libertad, y a ejercerla plenamente.
Esa corriente democrática creyó en la inclusión de los otros, creyó en la justicia social, en el humanismo, y en el ejercicio del poder con las reglas de juego democráticas.
La corriente democrática le ofrecía al país alternativas frente a las élites dominantes; pero también ofrecía alternativa al mesianismo y al caudillismo que caracterizan los grupos políticos tradicionales, de izquierda y de derecha.
Pero en nombre del orden establecido se incrementó la represión.
Como se sabe, la violencia solo engendra más violencia.
Y esa década fue dolorosa. Pero la insensatez humana tiene un límite.
Por eso en la década de los 80 surge una esperanza de paz para Colombia, con la propuesta hecha desde el gobierno para que buscáramos una salida al conflicto social, político y armado colombiano, por la vía del dialogo.
En el 84 se establecieron las llamadas “mesas de dialogo”, que fueron ejercicios de concertación entre ciudadanas y ciudadanos de diferentes fuerzas sociales y políticas, en busca de alternativas de solución a los problemas estructurales de la Nación.
Una especie de constituyente, un esfuerzo por preguntarle a la gente lo que quería, lo que necesitaba…, y lo que proponía para lograrlo.
Ese tampoco fue el último fracaso de la vía del dialogo y la concertación, pero quedó claro que sí era posible que compartiéramos espacios y alternativas para incluir las mayorías en la toma de decisiones.
Estábamos buscando y ensayando formas de hacer la política.
Pero los 16 años del frente nacional habían dejado una profunda huella en la sociedad y en la política colombiana: Ni los gobernantes querían compartir el poder, ni los ciudadanos creían posible ejercerlo.
Mientras unos pocos “se sacrificaran” ejerciendo el poder en nombre de las mayorías; esas supuestas mayorías quedaban contentas si “les tocaba algo” de la repartición del pastel.
El clientelismo, la corrupción, la subordinación y el caudillismo, ya eran parte de la cultura política de los colombianos.
Y a cambio de un poco de seguridad se sacrificó casi toda la libertad.
CONSTRUYENDO ESPACIOS DEMOCRÁTICOS
En 1989 se hizo un “pacto por la paz” que consistió en cambiar armas por democracia.
Sin embargo no era fácil que los que ejercían el poder lo compartieran.
La alianza entre los “señores del poder” y “fuerzas oscuras emergentes” querían impedir que los aires de renovación y de democracia llegaran a ser parte de nuestra cultura. Y estaban dispuestos a todo para evitarlo.
Durante la campaña presidencial del 90 surgieron liderazgos nuevos, propuestas diferentes, candidatos distintos, opciones para escoger.
Uno de esos candidatos, Carlos Pizarro, nos invitaba a que respaldáramos su propuesta democrática “para que la vida no sea asesinada en primavera”
En la campaña del 90 fueron asesinados 3 candidatos presidenciales.
Ese hecho reflejó hasta donde estaban dispuestos ellos a llegar para mantener ese orden que tanto los beneficiaba.
Pero, con todo, el espíritu demócrata seguía abriéndose paso en la cultura ciudadana. Y el “pacto por la paz” propuso una constituyente.
La Constituyente la entendíamos como un ejercicio de democracia directa, en el que decíamos lo que queríamos, lo que necesitábamos, lo que soñábamos.
Y fueron millones de colombianos los que nos acompañaron.
La corriente democrática seguía abriendo trocha y la “séptima papeleta” resolvió a favor de la democracia la vieja tensión entre la libertad y el orden.
La iniciativa ciudadana triunfó y se convocaron las “mesas de trabajo”.
Esas mesas permitieron que muchísimos colombianos le propusiéramos al país un modelo de sociedad alternativo al que nos venían imponiendo.
La constituyente del 91 propuso una Constitución muy parecida a lo que somos los colombianos.
Dibujó un sueño de país.
Propuso un proyecto de sociedad, a la colombiana, para que entre todos lo hiciéramos realidad.
Esa democracia ciudadana que se expresó en la Constituyente ha tomado diferentes formas en su participación política desde aquella época:
Inicialmente se creó la Alianza Democrática, que eligió 19 constituyentes, y luego 11 congresistas.
Luego apareció Vía Alterna y eligió 2 congresistas; después se conformó el Polo Democrático y consiguió 8 congresistas y la alcaldía de Bogotá.
Pero, lo que alguien llamó “el gen de la autodestrucción de la izquierda” rompió los consensos que se venían construyendo.
En esa búsqueda de socios para los proyectos políticos democráticos se constituyó el Polo Democrático Independiente (PDI), partiendo de una convocatoria nacional a todas las fuerzas políticas y sociales con el propósito de que, entre todos, cambiáramos la historia de Colombia.
El PDI eligió 12 congresistas.
Desde la presidencia del PDI GUSTAVO PETRO le propuso a la izquierda tradicional hacer causa común por el rescate de la democracia en Colombia.
De esa propuesta surgió el Polo Democrático Alternativo, definido estatutariamente como un partido de ciudadanas y ciudadanos, algo muy nuevo y, tal vez, difícil de entender para nuestros socios de ese momento.
PROPONIENDO CONSENSOS
Ya Colombia sabe por que la CORRIENTE DEMOCRÁTICA se marginó del Partido que ella misma fundó.
Tal vez la explicación más entendible de ese retiro es la necesidad de ser coherentes.
En la política tradicional, de derecha y de izquierda, la coherencia suele tener poco valor cuando se trata de conseguir votos, o mantener tajadas de poder.
Pero en la CORRIENTE DEMOCRÁTICA queremos ser coherentes. No se entiende que un partido que se presenta como alternativa, como opción frente al modelo neoliberal, al clientelismo y a la corrupción, entre otras cosas, no sepa que hacer cuando el clientelismo rampante promueve la corrupción descarada y hace primar la rentabilidad económica de unos pocos frente a las necesidades y oportunidades de millones.
Desde antes se le pidió al Alcalde de Bogotá y luego al PDA que interviniera porque eso afectaría la credibilidad y nos dejaría ante los colombianos como incoherentes. No se hizo nada, la CORRIENTE LO HIZO, y ahora resulta que la debacle del Polo en 2011 es por culpa de la corriente
Queremos seguir siendo coherentes con nuestros postulados; por eso nos orientamos a las propuestas:
1. fortalecer la AUTONOMÍA REGIONAL Y LOCAL.
Estamos convencidos de que los colombianos somos capaces de decidir por nosotros mismos.
Por eso no nos gustan los mesías ni los salvadores, no nos gustan los fundamentalismos y la exclusión del que opine diferente. Le apostamos a la generación de poder local y al empoderamiento del ciudadano.
2. Creemos en la comunicación como constructor de comunidad.
Entendemos la comunicación como un acto de doble vía, constructor de consensos entre personas libres y autónomas.
Desconfiamos de los grupos o las personas que se auto-designan el faro político, o ético, solo por ser los dueños del micrófono.
3. DEFENDEMOS LA CONCERTACIÓN PARA LLEGAR A LOS ACUERDOS.
La democracia no es solo para tomar decisiones, es una forma de vida.
En la CORRIENTE DEMOCRÁTICA preferimos el acuerdo a la imposición;
Aceptamos el compromiso por encima de la obligación;
Respetamos la iniciativa más que la obediencia.
En resumen PREFERIMOS LA DEMOCRACIA A LA SUBORDINACIÓN
Y retomando lo dicho PRIVILEGIAMOS LA LIBERTAD AL ORDEN
Desde la CORRIENTE DEMOCRÁTICA buscamos generar poder para influir en la forma de administrar lo público y para entender y hacer la política de otra forma, con el propósito de transformar constructivamente la realidad.
Al hablar del impacto de nuestra propuesta: “LA DEMOCRACIA COMO FORMA DE VIDA”, aceptamos que es una propuesta en construcción; y aclaramos que no somos agentes de ninguna ideología foránea que intente explicar nuestra realidad con formulas de otros tiempos y de otras latitudes.
La nuestra es una DEMOCRACIA A LA CRIOLLA, construida de abajo hacia arriba; de la periferia hacia el centro; del ser humano hacia la sociedad, pasando por el grupo político, claro está.
Si se rechazan nuestras propuestas es por la herencia de la tradicional forma de hacer la política: el clientelismo de unos y el mesianismo de otros.
Nosotros sabemos que liderar personas libres es una tarea difícil, pero no imposible. La nuestra es una propuesta que parte de reconocer la autonomía y las diferencias y reconoce que el poder está en cada uno, y es indelegable.
Independencia no es cambiar de dueño, nos dijo el libertador Simón Bolívar.
Por eso, respetando las autonomías y las libertades, desde la CORRIENTE DEMOCRÁTICA le proponemos a La Dorada, al Magdalena Caldense, a Caldas y a Colombia la construcción de agendas progresistas.
Para ello es necesario que ENTENDAMOS QUE LA DEMOCRACIA NO ES SIMPLEMENTE UNA TÉCNICA PARA TOMAR DECISIONES.
QUE LAS DICTADURAS SON ESO, DICTADURAS, NO IMPORTA SI SE LLAMAN DICTADURA DEL PROLETARIADO O DICTADURA DE LAS MAYORÍAS.
DEBEMOS ENTENDER QUE LA DEMOCRACIA ES MUCHO MÁS QUE ACEPTAR QUE NO NOS PUDIMOS PONERNOS DE ACUERDO, Y POR ESO TUVIMOS QUE VOTAR.
Y PROPONEMOS QUE ASUMAMOS la DEMOCRACIA COMO FORMA DE VIDA.
La opción para que Ustedes y nosotros nos incluyamos en este proceso se llama AGENDAS PROGRESISTAS;
esas agendas nos permitirán construir propuestas locales y regionales que respondan a nuestras necesidades y nuestras posibilidades.
Esas AGENDAS PROGRESISTAS serán el resultado del dialogo franco, transparente y propositivo, entre ciudadanas y ciudadanos demócratas, de todas los grupos y las tendencias, que consideren que TODAVÍA ES POSIBLE CREER EN LA POLÍTICA
PORQUE LA DEMOCRACIA, CON SUS IMPERFECCIONES,
HA DEMOSTRADO SER EL MENOS MALO DE LOS CAMINOS
PARA EL EJERCICIO DE LA POLÍTICA
Y PARA LA ADMINISTRACIÓN DE LO PÚBLICO.
La propuesta está hecha.
La decisión es de cada uno de nosotros.



Muchas gracias